Los miembros del Foro Penal Venezolano rechazamos categóricamente los actos de celebración del día 4 de febrero como una fecha patria, así como la creación de una Condecoración que se otorgue como refuerzo al Golpe de Estado de 1992.
En febrero de 1992 la violencia desatada en las calles de la ciudad Capital configuró toda suerte de violación de Derechos Humanos, entre ellos el Derecho fundamental a la vida que implicó que cientos de familias venezolanas aún hoy permanezcan en luto por la pérdida de seres queridos, particularmente de miembros de la Fuerza Armada y cuerpos policiales en cumplimiento de sus funciones y civiles que no tenían participación política alguna en los hechos.
Ningún hecho que atente contra la vida, contra la libertad, contra la propiedad, o contra cualquier otro Derecho Humano merece celebración alguna, menos aún sobre la base de la premisa de ser una fecha en donde hubo una "rebelión justa, patriótica y necesaria" pues ningún acto de rebelión sentenciado por sus ejecutores puede resultar calificado como justo, pues se trata del juzgamiento parcializado y político de quienes hoy ejercen el poder. Menos aún puede llamarse justo, patriótico y necesario la pérdida de vidas humanas y el estado deplorable en el cual el País fue visto ante el mundo.
El 4 de febrero de 1992 sólo puede ser recordado como un hecho violento, y no meritorio de celebración, pues tendríamos que preguntarnos si la rebelión de 1992 está justificada ¿por qué aquella que llama el Ministerio Público Rebelión del 11, 12 y 13 de Abril de 2002 es un delito?, es decir ¿por qué cientos de personas está desde el 2002 imputadas por delitos de rebelión civil y militar, si vista bajo esa misma óptica, sus causas podrían también calificarse como justas, patrióticas y necesarias?.
Una vez más reflexionamos sobre la "falacia" de que quienes participaron en el Golpe de Estado de 1992 no son golpistas sino héroes de la patria que además del perdón, el olvido y el sobreseimiento, ahora merecen -además-condecoraciones, cuando aún hoy, otros están detenidos, imputados y acusados, sobre la más cruel e injustificada calificación de golpistas, sometidos al escarnio público permanente tanto en el Canal del Estado, así como en las distintas alocuciones del Presidente de la República y demás altos funcionarios públicos.
Acudir a Miraflores el 11 de abril es rebelión civil, oponerse a las arbitrariedades del Poder Ejecutivo por parte de un grupo de militares (desarmados) es rebelión militar; llamar al derecho humano al paro o a la huelga o instalarse en una plaza pública en uso del derecho de la desobediencia civil consagrada en el artículo 350 de la CNRBV, también constituyen actos de rebelión ; sin embargo, y paradójicamente, los hechos del 04 de febrero de 1992 son calificados de actos patrióticos y además "justos y necesarios".
La única lectura posible de la comparación de estas circunstancias políticas e históricas , es que en Venezuela estamos viviendo el Derecho Penal del Enemigo, en donde quienes se consideran vencedores persiguen judicial y políticamente a quienes consideran vencidos.
Alertamos además sobre el peligroso riesgo social y político del excesivo culto a la personalidad como claro símbolo del autoritarismo que se expresó ayer simbólicamente en todo el acto "conmemorativo" del 04 de febrero de 1992, lleno de alabanzas y gestos que recuerdan a los más criticados líderes destructivos de la historia.
La consigna de Patria, socialismo o muerte implica un claro acto de segregación política, de apartheid en puerta (no muy lejano) y un eslabón más de una sistemática violación de Derechos Humanos por parte del Gobierno de Hugo Chávez Frías, a lo cual es inevitable adicionarle la sumisión de los demás Poderes Públicos del Estado y el compadrazgo, camaradería y hasta la subordinación con la cual el Poder Moral y el Poder Judicial se han sometido a este proyecto -sin sentido político – llamado Socialismo del SXXI.
La única razón por la cual hoy Hugo Chávez frías y sus subordinados pueden celebrar los delitos cometidos por ellos durante 1992 , es jurídica, gracias a la voluntad política de los democrátas que en ese momento dirigían el destino del País ; pues debido a actos jurídicos como el indulto, el sobreseimiento y la amnistía hoy están en el poder. Social y políticamente la lectura es distinta, pues en mayor medida que en 1992, la inseguridad, la muerte, la miseria, el hambre, la injusticia y la corrupción, son los calificativos que definen más categóricamente esta gestión de gobierno, por ende, las causas de la "rebelión justa, patriótica y necesaria" del ayer son sólo unas pequeñas gotas de un mar inmenso de muchas otras que acompañan al llamado Socialismo del SXXI.
El 04 de febrero de 1992 y cualquier otra fecha que realce el culto a la personalidad, a la concentración de poder, y proponga el nefasto Derecho Penal del enemigo deben ser rechazados categóricamente por cualquiera que pretenda defender la democracia.
Mónica Fernández Sánchez
Directora Ejecutiva del Foro Penal Venezolano
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