Por Angela Expósito
En la actualidad la mayoría de los países, han experimentado cambios transformadores en las políticas económicas y socioculturales, basadas en un conjunto de normas de convivencia donde los valores morales y éticos se encausan hacia una forma de conducta, más humana y menos primitiva. En otras palabras, los pueblos se han civilizado, entendiéndose éste concepto, como la acción de adquirir conocimientos, cultura y formas de vida propia de los países más desarrollados. “Civilizar “un pueblo es educarlo, con el fin de trasformar su estado salvaje, a uno más civilizado. Sin embrago, contrariamente a estos procesos, donde la conducta se regula para hacerse más humana y menos salvaje, en Venezuela, aún existe un predominio de su forma más primitiva, derivada de la violencia y crueldad que caracterizó a nuestros antepasados
. Cada día vemos con horror el grado de supuesta “Cultura civilizada” con la que contamos, donde la insensibilidad y ausencia de valores hacia el respeto de la vida de otros, forma parte de la cotidianidad de los venezolanos. Es importante destacar, que sucesos como el publicado en prensa (Avance 6-1-2007), donde fueron descuartizados dos perros y abandonados en la vía pública, merecen ser analizados con mucho detalle, ya que de acuerdo a los estudios criminalisticos realizados por los cuerpos policiales, señalan la crueldad en los animales, como una característica para identificar individuos, con potencial para convertirse en criminales en un futuro. La crueldad intencional (a propósito) contra los animales es motivo de preocupación porque es una señal de problemas psicológicos. Diversos estudios en psicología, sociología, y criminología, realizados por diversas instituciones y organismos reconocidos, a nivel mundial, han demostrado que los desordenes de conducta de asesinos potencialmente peligrosos, han estado relacionados en su niñez y adolescencia por serios y repetidos historiales de maltrato hacia los animales Un niño que crece rodeado de agresión contra cualquier ser vivo tiene más probabilidad de violar, abusar o matar a humanos cuando sea adulto. Bajo este contexto donde la violencia y crueldad hacia otros se mantiene impune y ausente de justicia social, nos preguntamos: ¿Donde queda el derecho a la protección por parte del Estado, si este se vulnera frente a situaciones que constituyen amenaza y riesgo para la integridad física, cuando se generan conductas patológicas violentas, potencialmente peligrosas para todos los seres vivos ?
¿Qué tipo de formación educativa para los niños y adolescentes, podríamos ofrecer si constantemente son espectadores de la violencia y crueldad hacia otros? ¿De que manera contribuimos a generar la violencia colectiva cuando somos CÓMPLICES al mantenernos silenciados frente al dolor y el sufrimiento ajeno?
Nosotros como pueblo civilizado con total y amplio derecho constitucional tanto legal como jurisdiccionalmente, aspiramos para nuestros hijos y futuras generaciones, una sociedad donde los derechos y garantías constitucionales se orienten a mantener un conjunto de valores de respeto hacia la vida, igualdad y justicia para todas las formas de vida
La Cultura de un pueblo se mide por la forma como esta trata a sus animales
M. Gandhi