DIPLOMACIA Y POLITICA EXTERIOR

El presente artículo aborda la conceptualicación de de dos instituciones de derecho interncional: diplomacia y politica exterior, esbozando su marco conceptual en un contexto actual.

DIPLOMACIA Y POLITICA EXTERIOR

Existe desinformación y desconocimiento generalizado en las Universidades y, sobre todo, en las Facultades de Derecho acerca de dos figuras propias del Derecho Internacional: Diplomacia y Política Exterior. En ese sentido, a efectos de esclarecer este tema, es que en el presente artículo esbozaremos su marco conceptual, abordando sus alcances e interrelaciones en su contexto actual.

Con respecto al concepto de política exterior la doctrina a elaborado diversas definiciones y, en la mayoría de ellas se limitan a la fase ejecutiva, dejando en vació la parte de su elaboración, y es que toda política en general esta compuesta no solo por acciones sino también por decisiones, es decir, decisiones y acciones, lo cual implica que en su elaboración y diseño se va a pasar necesariamente por un proceso de toma de decisiones. En el caso de la política exterior esta, constituye una política pública, la cual ha adquirido gran importancia por sus implicancias y alcances en la arena internacional. Es por ello que, en su elaboración van a influir toda una gama de factores internos y externos determinantes al momento de establecer la agenda internacional de un país. En cuanto a los factores internos estos juegan un rol importante, por cuanto todos los modelos de política exterior tienen un sustento político y económico en la política interna, que es su fase de elaboración, de tal manera que, entre ambas existe un nexo de causalidad, causa- efecto, en el que hay que resaltar la influencia del régimen político de turno, el cual le da un sello particular a la política externa, en donde por supuesto, también intervendrán los factores externos coyunturales en su fase de elaboración.

Si bien es cierto que, el Estado es el sujeto de Derecho internacional por excelencia, éste ya no es el único actor o sujeto en las relaciones internacionales, debido a la emergencia de nuevos actores no estatales en el escenario internacional, los cuales han reconfigurado la estructura del sistema. De esta manera, el estado a dejado de monopolizar el manejo de la relaciones externas, debido a que nuevos actores también intervienen en la escena internacional, este es el caso, de las Ong´s y las Transnacionales, como corolario de los acelerados procesos de globalización e integración, cuyo influjo desde un punto de vista económico, a permitido la liberalización del comercio, la facilitación de las inversiones entre los diversos países del hemisferio, integrando la economía mundial, dejando atrás aquellas barreras comerciales de antaño, incluido problemas de tiempo y distancias geográficas, los mismos que han generado la intensificación de las relaciones comerciales de bloque a bloque y entre países vecinos y limítrofes, asimismo, a permitido intercambio cultural y tecnológico, inclusive ha logrado integrarlos políticamente.

Todos estos factores han producido una ampliación y tecnificación de la agenda internacional global. Esto ha requerido que el Ministerio de Relaciones Exteriores necesite del concurso de otras entidades del estado en sus negociaciones internacionales a nivel bilateral o multilateral, permitiendo que comparta ese rol conjuntamente con otros Ministerios y, es el caso, de los Ministerios de Comercio Exterior y Turismo, o la Cartera de Economía, de manera qué, esta facultad que antes le eran exclusivas, se han hecho extensivas a otras Instituciones del Poder Ejecutivo, por lo cual, inclusive se han creado otras entidades especializadas, diferentes al Ministerios de Relaciones Exteriores con proyección externa, como Prompex por citar un caso.

Asimismo, cabe resaltar que con el inicio del proceso de descentralización en el 2002, se crearon Oficinas Descentralizadas del Ministerio de Relaciones Exteriores, conocidas como ODEs cuyos objetivos entre otros son: el de cooperar y proveer asesoría técnica a los gobiernos locales en sus vinculaciones externas, y también proponer nuevos contenidos y perspectivas regionales en la política exterior peruana, tal como lo establece el Decreto Supremo Nº 020-2002-RE, a efectos de darle un carácter plural a la agenda de desarrollo nacional.

Por otro lado, es preciso, dejar en claro que, la Política Exterior, en la mayoría de Constituciones, es dirigida por los Jefes de Estado, y esta no es la excepción en el caso del Perú, tal como esta establecido en su artículo 118 inciso 11 de la Carta Política vigente. La misma que la hace efectiva a través de la Cancilleria, quienes son los que finalmente ejercen representación del Estado en el ámbito internacional por intermedio de su Servicio Diplomático. Al respecto, la Ley Orgánica del Ministerio de Relaciones Exteriores Ley Nº 26112 en su artículo 5, establece como una de sus funciones “la de participar en la formulación, ejecución y evaluación de la política exterior conforme a la política general del estado”.

Finalmente, por todo lo expuesto podemos definir a la política exterior como corolario de un conjunto de decisiones que responden a factores internos y externos concretos, que rigen la acción externa de un estado en sus relaciones internacionales con otros Estados, con Organismos Internacionales de alcance universal o regional, y con otros sujetos con personalidad jurídica internacional, a efectos de promover, y defender los intereses incorporados en su agenda y demás derechos de cada estado y sus conacionales ante la Comunidad Internacional.

Hay que resaltar que, el concepto de agenda a suplantado al de interés nacional, por cuanto no existe un solo interés nacional sino varios intereses nacionales, sobre todo, porque este ha sido usualmente utilizado para justificar decisiones autoritarias. Este es el mismo tenor seguido por, Luciano Tomassini quien afirma que el concepto de agenda “incluye un conjunto de intereses o temas más específicos, susceptibles de ser operacionales. Ya que estas obedecen a la percepción de un mundo cada vez más transnacional, más interdependiente, y más complejo, en que actores internacionales (gubernamentales y no gubernamentales) proliferan, por lo que los intereses internacionales se vuelven más sectorializados, desagregados y específicos”

Por otro lado, existe una vinculación estrecha entre la Política Exterior y la Diplomacia y explicaré porqué. En primer lugar, la diplomacia es entendida en su acepción genérica como la capacidad de entendimiento de las personas, a través del diálogo, el consenso. Aunque, técnicamente, el concepto de diplomacia tiene diferentes acepciones, por cuanto esta no solo es utilizado como sinónimo de Política Exterior sino también de Carrera Diplomática pero en estricto viene a ser la herramienta perfecta o “ el arte de poner apropiadamente en práctica la política exterior” tal como lo define el Embajador Pérez de Cuellar. Sin embargo, definirla como arte, hoy en día, ya no armoniza con los avances contemporáneos en gestión pública. El Embajador Humbert Wieland define diplomacia como “la técnica de que se sirven los estados para comunicarse entre si a través de representantes formales y otros, a fin de, en ejecución de la política exterior, articular, coordinar y asegurar sus intereses, utilizando diversos medios, principalmente, la negociación.”

De lo dicho se colige que, la diplomacia es el medio utilizado para materializar y hacer realidad la política exterior de un país, la misma que se hará efectiva a través de sus relaciones diplomáticas con los diversos sujetos que integran el sistema intencional, los mismos qué, deberán ceñirse a ciertos lineamientos o parámetros denominados política exterior.

Cabe mencionar que, la percepción de Diplomacia ha cambiado en los últimos años, debido a que antes era concebida como una herramienta de defensa ante amenazas externas, sin embargo, hoy en día, es utilizada no solo para fortalecer los lazos de amistad con los países vecinos y demás países que integran el sistema internacional, sino que también, permite la facilitación del comercio, el turismo, las inversiones, como resultado del fenómeno globalizador y la visión integracionista de quienes la ejercen y promueven.

Por lo que, es importante formular una política exterior superlativa y coherente de corto, mediano y largo plazo, deacuerdo a las necesidades y requerimientos del país, que nos enrumbe hacia objetivos concretos y específicos, de tal forma que, permita aumentar los volúmenes de nuestras exportaciones, concentrar inversión extranjera, incrementar el turismo y, sobre todo, fortalecer la imagen del país en el exterior, logrando desarrollo y crecimiento económico, político y social sostenido de gran proyección.

Alex Amado Rivadeneyra (Perú)
Consejero de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad San Martín de Porres.