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Abogados Latinoamérica, Noticias legales Editado por Raymond Orta Martinez

¿CUÁNDO SE DEBE NEGOCIAR?

marzo 6, 2004

*Andrés A. Mezgravis

Frente a la reciente decisión del CNE, el Dr. Salas Römer sostuvo que no se pueden negociar principios esenciales de la democracia. Pompeyo Márquez, por su parte, sostuvo que todo es negociable, que incluso hasta en las guerras se negocian los acuerdos de paz. Otros señalan que no se puede negociar con personas que no son confiables.

Esta interesante polémica no es novedosa. Los Profesores R. Fisher y W. Ury de la Universidad de Harvard aclaran que más que el tipo de personas y la materia, lo que indica si debemos negociar es la alternativa que se tiene fuera de la negociación. La negociación no es un fin, y tampoco su propósito es llegar a un acuerdo. Se negocia para determinar si se puede satisfacer mejor los intereses a través de un acuerdo negociado, que ejecutando esa mejor alternativa que se tendría fuera de la negociación. Mientras menos atractiva sea la alternativa, más conveniente será explorar la negociación para la solución del conflicto, sin olvidar que mientras se negocia pueden desvanecerse las alternativas que se tenían fuera de la negociación. Si el mejor acuerdo negociado que se podría alcanzar no supera la alternativa que se tiene fuera de la negociación, entonces no se debe negociar. De allí que a veces resulte conveniente negociar, incluso con terroristas, y otras veces no. Sin embargo, pensamos que el verdadero dilema en este caso no es si se debe o no negociar, ni tampoco si el régimen chavista es digno de confianza para negociar con él. El asunto aquí es otro. El asunto es que ya el año pasado se negoció y se suscribió un acuerdo para buscar una solución pacífica, democrática, constitucional y electoral. El propio régimen chavista dijo hasta la saciedad que dicha solución no era otra que el referéndum revocatorio. El dilema entonces es ¿qué hacer frente al incumplimiento de dicho acuerdo en momentos en que el régimen desata una gran represión con el fin de que se acepten sus «condiciones» para la paz? La alternativa de la oposición fuera de la negociación no pareciera ser otra que la desobediencia ciudadana, cuyos resultados, aunque muy prometedores en el contexto histórico universal, nadie puede garantizar. De allí que dicha alternativa no luce muy atractiva, poco se ha explicado y ello pareciera justificar la idea de continuar negociando. No obstante, el mayor problema es que el régimen sí cuenta, a través del CNE y del Poder Judicial, con una serie de alternativas que pueden hacer ilusorio el referéndum revocatorio. Por tanto, luce utópica una negociación exitosa si no se le puede ofrecer al régimen una opción que resulte más atractiva que la alternativa que tiene éste de no realizar el referéndum. Por otra parte, pensamos que aceptar el «reparo» de las firmas de quienes recibieron asistencia al escribir sus datos personales, sería debilitar las fuertes objeciones ya respaldadas y reconocidas por la propia comunidad internacional. En fin, como diría el propio Prof. Fisher, «hay intereses por los cuales vale la pena luchar e incluso morir.» Por todo ello, recomendamos que la Coordinadora, antes de negociar nuevamente, concentre sus esfuerzos en mejorar su alternativa (organizar, explicar y divulgar la desobediencia cívica), y también en desmejorar la alternativa actual del régimen, intentando lograr un mayor apoyo de la FAN y una mayor e intensa intervención internacional.

*Profesor UCV y UCAB en Medios Alternativos de Solución de Conflictos
amezgravis@hotmail.com