LA PALABRA GENOCIDIO es una combinación de la raíz griega gen, que se refiere a la estirpe de un grupo humano, a la cual se le agrega la palabra latina cidio que significa matar. Causar la muerte intencionalmente de miembros de algún grupo humano por causa de su religión, nacionalidad, raza o grupo étnico es lo que se considera un genocidio.
Rafael Lemkim acuñó el término genocidio en 1943, dado que dicha palabra no existía antes del holocausto en el que murieron millones entre judíos, gitanos, impedidos y homosexuales de distintas nacionalidades.
La ONU adoptó en 1948 la Convención contra el Genocidio, que ha sido el modelo seguido por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y por más de 70 países que han tipificado ese crimen internacional en su legislación.
A pesar de muchos esfuerzos por prevenir y reprimir el genocidio, el siglo XX estuvo marcado por la muerte de 1.5 millones de armenios, 3 millones de ucranianos, 6 millones de judíos, 250.000 gitanos, 6 millones de eslavos, 25 millones de rusos, 25 millones de chinos, 1 millón de ibos, 1.5 millones de bengalíes, 200.000 guatemaltecos, 1.7 millones de cambodianos, 500.000 indonesios, 200.000 este-timorenses, 250.000 burundis, 500.000 ugandeses, 2 millones de sudaneses, 600.000 ruandeses, 2 millones de norcoreanos y 10.000 koso vares.
Amnistía Internacional ha calificado al genocidio como «el crimen de todos los crímenes», con lo que acentúa que es la peor conducta que los seres humanos puedan concebir, ejecutar o sufrir, según se sea víctima o genocida.
Venezuela podría seguir el ejemplo de Alemania y dictar un Código Penal Internacional que tipifique como crimen internacional el genocidio. En la próxima entrega que enviaré a la Comisión Mixta de la Asamblea Nacional desarrollo dicha idea.