Los procedimientos electorales en EE.UU.

Los procedimientos electorales en EE.UU.

Miles de administradores están a cargo de organizar y realizar las elecciones en este país, y de contar y certificar los resultados. Esos funcionarios tienen una serie de tareas complejas e importantes: establecer las fechas precisas de las elecciones; certificar la elegibilidad de los candidatos, registrar a los votantes elegibles y preparar las listas de electores; escoger el equipo para los comicios y diseñar las papeletas de votación; organizar una numerosa fuerza de trabajo temporal para administrar la votación el día de la elección y, finalmente, contar los votos y certificar los resultados.



Aun cuando en Estados Unidos la mayoría de las elecciones no son especialmente reñidas, a veces el margen de la victoria es muy pequeño e incluso hay casos en que los resultados son impugnados. El resultado de la elección presidencial de 2000, la contienda para determinar al vencedor de la elección presidencial más reñida de la historia del país, expuso a los estadounidenses por primera vez a muchas de estas cuestiones administrativas.

En este país, la votación es un proceso en dos pasos. Como no hay una lista nacional de votantes autorizados, cada ciudadano tiene que llenar los requisitos para obtener su registro de elector. Los ciudadanos se registran para votar en el lugar donde residen; si se mudan a otra localidad, tienen que volver a registrarse en su nuevo domicilio. Los sistemas de registro fueron diseñados para evitar fraudes, pero los procedimientos para el registro de votantes varían de un estado a otro. En el pasado se usaban procedimientos selectivos de registro a fin de desalentar a ciertos ciudadanos, en particular a los afro-estadounidenses en el Sur, para que no participaran en las elecciones. En fechas recientes se ha tendido a hacer menos estrictos los requisitos para el registro. Por ejemplo, la Ley Nacional de Registro de Votantes de 1993 permite que los ciudadanos se registren para votar en el momento en que renuevan sus licencias de conductor expedidas por el estado.

Una de las responsabilidades más importantes de los funcionarios electorales es asegurarse de que todas las personas que sean elegibles para votar figuren en las listas del registro y que no aparezca en ellas nadie que no lo sea. En general, los funcionarios electorales locales tienden a mantener en las listas a las personas aunque no hayan votado recientemente, en lugar de suprimir a un votante potencialmente elegible. Hoy en día, cuando una persona que no está en las listas se presenta a votar, se le entrega una papeleta provisional para que lo haga. Su elegibilidad se comprueba después, y sólo entonces se toma en cuenta su voto.

Administración de las elecciones

Como hemos visto, las elecciones en Estados Unidos, incluso para cargos federales, son un ejercicio administrativo a cargo de cada localidad. Además, según se comentó, los administradores electorales, que de ordinario son funcionarios o empleados del condado o de la ciudad, tienen una tarea de enormes proporciones. No sólo son responsables de registrar a los votantes a lo largo del año y de determinar quién es elegible para votar en una elección específica, sino también tienen que diseñar las papeletas de voto para cada elección y asegurarse de que todos los candidatos certificados estén incluidos y todos los temas que serán puestos a votación estén correctamente redactados en ellas. Por añadidura, deben tratar de lograr que la papeleta sea lo más sencilla y clara posible.

En la actualidad no existen normas nacionales para el formato de las papeletas de voto. Según la Ley de los Derechos del Votante, a veces los funcionarios electorales tienen que proveer papeletas en varios idiomas (si el inglés no es el idioma principal de cierto porcentaje de la población). En algunas jurisdicciones es obligatorio que los nombres de los candidatos y los partidos se escriban al azar. Y por último, los funcionarios electorales locales deben seleccionar las máquinas de votación que se usarán en cada caso y las papeletas tienen que adaptarse a esos dispositivos.

Entre una y otra elección, esos mismos funcionarios son responsables de almacenar y dar mantenimiento a los dispositivos de votación. Además, una de sus tareas más difíciles consiste en contratar y capacitar al numeroso personal temporal que labora durante la larga sesión de los comicios (que suele ser de 10 a 15 horas) el día de la elección.

La naturaleza de la votación

Así pues, los preparativos para que las elecciones sean equitativas, legales y profesionales requieren cierto esfuerzo. Como los funcionarios del nivel local suelen comprar el equipo y las papeletas de voto, el tipo y el estado del equipo que los votantes utilizan refleja a menudo la situación socioeconómica y la base tributaria de la localidad. Debido a que los ingresos tributarios locales se usan también para financiar las escuelas, la policía y los bomberos, los parques y las instalaciones recreativas, es común que a la inversión en tecnología de votación se le asigne un grado de prioridad bajo.

En Estados Unidos se cuenta con gran variedad de artefactos de votación y el panorama de las tecnologías de esa especialidad cambia sin cesar. Hoy ya son muy pocos los lugares donde la votación consiste en depositar con la mano una papeleta marcada con una "X" junto al nombre de un candidato, como se hacía en el pasado. No obstante, muchos sistemas computarizados se basan todavía en cédulas de papel en las que se rellenan círculos o se trazan líneas de conexión. Esas papeletas son analizadas después mecánicamente para registrar los votos. Esto se realiza con un equipo conocido como sistema de exploración óptica.

En algunas jurisdicciones todavía se usan máquinas de "palanca" en las que los votantes hacen girar una pequeña manivela junto a los nombres de los candidatos de su preferencia o de la solución que prefieren para un problema. Otro artefacto común es la máquina "perforadora de tarjetas". La papeleta es una tarjeta en la cual se hacen perforaciones junto al nombre de un candidato, o la tarjeta se inserta en un soporte que la alinea con la imagen de una papeleta y entonces se hacen las perforaciones. Ese es el tipo de papeleta que causó controversia en la cuenta de votos de la elección presidencial estadounidense de 2000 en Florida. A raíz de esa dificultad, muchas jurisdicciones ya no usan sus dispositivos a base de tarjetas perforadas. La Ley para Ayudar a Estados Unidos a Votar aportó fondos de voluntarios para que esas jurisdicciones sustituyeran sus sistemas de votación a base de palancas y tarjetas perforadas.

La tendencia actual es adoptar dispositivos de grabación electrónica directa provistos de pantallas sensibles al tacto, parecidas a los cajeros automáticos de los bancos. Varios especialistas en seguridad trabajan para refinar esos sistemas y resolver los problemas al respecto.

Un gran desafío para los comicios de los últimos años ha sido la adopción de procedimientos en los que las papeletas se ponen a disposición de los votantes desde antes de la elección. Esa tendencia empezó con disposiciones que permiten la votación en ausencia para ayudar a los electores que saben con antelación que estarán lejos de sus domicilios (y de sus centros de votación) el día de la elección. Algunos estados y jurisdicciones locales liberalizaron poco a poco esa disposición para permitir que los ciudadanos se registraran como "votantes ausentes permanentes" y ahora acostumbran enviarles la papeleta por correo a sus domicilios. Oregón realiza sus elecciones exclusivamente por correo y es el único estado que lo hace en la actualidad. Los votantes ausentes devuelven generalmente las papeletas con sus sufragios también por correo.

Otra nueva disposición es la "votación temprana" para lo cual se instalan máquinas de votación en centros comerciales y otros lugares públicos desde tres semanas antes del día de la elección. Los ciudadanos pueden depositar sus votos en ellas cuando les parezca oportuno.

La cuenta de votos

La cuenta de votos se realiza el día de la elección. A pesar de que la votación temprana es cada día más popular, esos sufragios no se cuentan sino hasta que las encuestas terminan y se inicia la cuenta general, por lo cual no es posible publicar información oficial en cuanto a cuál de los candidatos va adelante o detrás. Cualquier información sobre esos resultados preliminares de los comicios podría afectar las siguientes etapas de la elección.

El movimiento de reforma

Una de las lecciones claras de la elección presidencial de 2000 fue que los problemas de administración, votación y cuenta de votos que surgieron en Florida se pudieron haber presentado también, en cierto grado, en casi cualquier otra jurisdicción de Estados Unidos. Por eso se ordenó la realización de estudios y se formaron paneles para oír los testimonios de expertos sobre la necesidad de hacer una reforma.

En 2002 el Congreso aprobó la Ley para Ayudar a Estados Unidos a Votar (HAVA), la cual contiene varias características notables. Primero, el gobierno federal ofreció pagar a los estados y localidades los gastos que implique la sustitución de sus anticuadas máquinas de votación a base de palancas y tarjetas perforadas. Segundo, estableció una Comisión de Asesoría Electoral para proveer asistencia técnica a los funcionarios locales a cargo de la administración de elecciones, y establecer normas sobre los dispositivos de votación. El portafolios de la comisión incluye la creación de programas de investigación para estudiar las máquinas de votación, el diseño de papeletas, los métodos de registro y los métodos de votación provisional, cómo impedir fraudes, los procedimientos para reclutar y capacitar encuestadores y los programas de educación para votantes, entre otras cosas.

HAVA representa una desviación significativa con respecto a la limitada participación federal en lo que históricamente ha sido un asunto administrativo local. Sin embargo, este esfuerzo para reformar los procedimientos ha ayudado a reafirmar la fe que los estadounidenses le profesan a su sistema electoral. Además, los costos que esto implica son pequeños si se considera que las elecciones son el pilar que le da legitimidad a la democracia.

Texto: Este artículo pertenece a la publicación del Departamento de Estado de los  EE.UU.

Fuente: http://www.america.gov/es