Moral y Etica en el Ejercicio de la Abogacia

JUSTICIA
“MORAL Y ETICA EN EL EJERCICIO DE LA ABOGACIA”

Abordar este tema se hace de suma necesidad e importancia, cuando de analizar situaciones jurídicas planteadas en la actualidad se trata; antes de profundizar en la idea principal de estas líneas, que solo pretenden hacer constar un punto de vista, se debe ilustrar de forma explícita el titulo al cual se hace alarde en esta sencilla nota.

De allí que, se habla de “MORAL Y ETICA EN EL EJERCICIO DEL DERECHO” cuando a la actuación recta, indisoluble, del auxiliar y participe de buscar y administrar justicia, tiene el deber de atender el llamado de conciencia que le dicta y le induce, a una realidad justa que ante el derecho y la justicia, siempre tiene que estar presente en el primer orden de esta línea descendiente es decir; imponerse ante cualquier situación irregular e insultante al sistema de justicia, que pretenda solapar la justicia con una virtud engañadora que conlleve a causar un daño moral o material irreparable a un ciudadano o que ponga en tela de juicio el digno y honorable papel que posee la administración de justicia en una determinada sociedad.

Abordar este tema se hace de suma necesidad e importancia, cuando de analizar situaciones jurídicas planteadas en la actualidad se trata; antes de profundizar en la idea principal de estas líneas, que solo pretenden hacer constar un punto de vista, se debe ilustrar de forma explícita el titulo al cual se hace alarde en esta sencilla nota. De allí que, se habla de cuando a la actuación recta, indisoluble, del auxiliar y participe de buscar y administrar justicia, tiene el deber de atender el llamado de conciencia que le dicta y le induce, a una realidad justa que ante el derecho y la justicia, siempre tiene que estar presente en el primer orden de esta línea descendiente es decir; imponerse ante cualquier situación irregular e insultante al sistema de justicia, que pretenda solapar la justicia con una virtud engañadora que conlleve a causar un daño moral o material irreparable a un ciudadano o que ponga en tela de juicio el digno y honorable papel que posee la administración de justicia en una determinada sociedad

Es evidente entonces que en el ejercicio pulcro, honorable, imparcial y consciente de la abogacía, no y no!! Debe caber aquello de que; “¿Subiré con trabajo al palacio, que habita la justicia, o marcharé por el torcido sendero del fraude, para asegurar la felicidad de mi vida? Ref: Pg.60 del libro La República de Platón. De la misma manera, no se debe tolerar y dejarse arrastrar por la influencia ante la debilidad de las ansias materiales por aquella histórica y famosa frase utilizada por Nicolás Maquiabelo, en su Obra El Príncipe “El fin justifica los medios” esto con el objeto de lograr  por cualquier medio y a costa de lo que sea lo que se persigue o se quiere, sin importar cual sea la nefasta consecuencia que pueda generar sobre los derechos e intereses de las  personas, lo que para estos sería lo justo y para aquellos lo injusto, consumándose de esa forma la aplicación  torcida y sesgada de una justicia que favorece los intereses de quienes han invocado la inmoralidad, lo antiético,  y repúgnate de los intereses putrefactos que en ese momento representan. Entonces para el verdadero profesional del derecho, aquel que con vocación y conducta intachable, siente y se enorgullece por el ejercicio con pulcritud y honestidad, para ese genuino y decoroso representante y auxiliar de la justicia en ningún momento debe  dejarse titubear por  situaciones estériles y dañinas que le hagan perder los estribos y el rumbo  de la dignidad profesional que no es otra que  “subir con trabajo al palacio que habita la justicia”, ese tiene que ser su verdadero norte. En ese sentido y  en términos mas precisos se hace referencia al Abogado, en quien debe reposar una responsabilidad  moral y ética ante una sociedad que le requiere y que confía en su conducta intachable; dignidad, seriedad, responsabilidad profesional, tecnicidad y sensibilidad social, son las armas principales, las armas de la razón y de la conducta recta, las cuales tiene el deber de desenfundar como mecanismo de defensa de un derecho que está siendo violentado y requiere de su restitución, claro debe estar, que tiene que ser una justicia justa y sensata, apegada a la razón moral y ética que compaginada al derecho hacen que se manifieste una justicia objetiva, lo que entonces permitirá que irradie ante el derecho positivo, ante los ojos de la justicia divina y por ende a la mirada  critica y analítica de la sociedad el triunfo de la razón y la verdad, de allí que encaja perfectamente la siguiente frase de Johann Wolfgang von Goethe «En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.»

A tal efecto, el profesional del derecho que se entienda en este ámbito de aptitud y virtud positiva, automáticamente es el espejo resplandeciente que refleja el verdadero y profundo sentido que conforman los pilares fundamentales de este importante ministerio como lo es el derecho.
Sobre la base de las consideraciones anteriores, debo manifestar, que sin ánimo alguno de querer imponer o doblegar a ningún letrado del derecho, ante lo que considero una sencilla opinión y de la que solo busco se despierte el alma la mente el corazón y la conciencia, para que se comience a cabalgar sobre una montura que tiene que estar muy ajustada a la realidad difícil del camino a recorrer, de lo contrario se tiende a caer en un abismo que lejos de alcanzar lo que se desea, se corre el riesgo de que ya ni siquiera el estado de derecho sea un patrón natural de todo ciudadano, mucho menos la virtud de un sistema de justicia que tiende a confundirse entre gallos y media noche.

Significa entonces que cada día se hace necesario retomar el camino de la dignidad y conducta recta en la que tiene que transitar el auxiliar de la Justicia, para que con la ética y la moral desbordada, se libre la batalla feroz  contra quienes día a día denigran de esta virtuosa profesión que no puede caer y arrodillarse ante este absurdo y grosero libertinaje blasfemo,  por los ignoran el hecho tal, de que quienes se prestan para actuar como lacayos de lo inmoral a nombre del derecho y la justicia, no son todos los letrados como para proferir atrocidades y arremeter contra una de las más antiguas y solemne profesiones  como lo es la abogacía. Luego de de librar esa batalla se debe enfilar la caballería hacia la plena y absoluta vigencia del estado de derecho que para nadie es un secreto que sobre este, se cierne una lluvia de dudas por parte de la sociedad, quien mantiene en tela de juicio su independencia y su transparencia en la Tutela Judicial Efectiva en Venezuela.

Resulta oportuno manifestar que el hecho de sentirme orgulloso y digno de ser estudiante de derecho, automáticamente me permite reaccionar ante el insulto proferido contra la dignidad del derecho y específicamente del abogado, en un articulo de opinión publicado en un “medio de comunicación escrita” “LA HOJILLA” en fecha del 18 al 24 de marzo  de 2008 –Ojo: claro está, que esta información es para quien sienta amor y vocación por nuestra profesión y no se sienta comprometido con intereses carroñeros de lo inmoral y la política- el titulo y los subtítulos de ese escrito al que hago referencia, que me imagino debe ser una ofrenda a la corriente política que representa, que se alimenta con este tipo de calumnias malsanas para ganar indulgencia y desprestigiar a quien no piensa igual y a quien se les interpone en el camino. Decir que “la abogacía es un mercado de ladrones”, o que “el abogado y la leyes representan el capitalismo”, es reconocer a priori  y a confesión de parte, el elevado grado de ignorancia y de ineptitud  política de la que están siendo objeto quienes presumo, desearen la erradicación de esta profesión en Venezuela para  en definitiva acabar con la Justicia y de esa forma, no tener excusa ni tropiezos en el afán por cometer atropellos y por hacerse ricos en el “Verdadero templo y mercado de ladrones que  maquillados de ideólogos y filósofos de la política, no son más que unos borregos y verdaderos serviles de quien esté en el poder, para lograr a costillas del pueblo lo que jamás podrán lograr en el camino de la honradez a fuerza de trabajo y sacrificios”.

Pena ajena debería dar a quien en ejercicio de funciones publicas o ligado a esta, arremate contra el Derecho y el ejercicio de la Abogacía, cuando las cárceles Venezolanas y las instituciones Publicas que deberían ser autónomas,  están hechas un desastre generalizado y no precisamente es culpa de los Abogados en ejercicio si no de quienes tienen responsabilidades de gobernar y administrar, pero lamentablemente la verdadera sumisión y el servilismo partidista demagógico, aunado de la incapacidad y la ignorancia, solo les deja pensar y emitir juicios de opinión contra las leyes, que no son de ningún  capitalismo, si no que son las leyes de la República, es el Ordenamiento Jurídico vigente de la nación, pero será que, ya como es obvio pensarlo cuando uno lee ese tipo de opiniones serviles; ¿Las leyes estorban y no permiten que se sigan consumando arbitrariedades? o ¿no permiten que los verdaderos y dignos profesionales del derecho que son la mayoría se tengan que arrodillar antes las arcas del poder? o ¿será que quienes blasfeman de la abogacía hacen referencia a quienes precisamente son profesionales del derecho y están hoy día en ejercicio de funciones públicas o de Gobierno? Esta ultima podría ser una buena hipótesis de quien emite semejante opinión en contra de la abogacía, a lo mejor ¿querrá hacer referencia al caso de Conocidos  abogados políticos, diputados y promotores de cantidades de Leyes incluyendo las habilitantes, en donde se han despojado por temporadas de sus funciones de Legisladores para permitir que sea el Presidente quien haga las Leyes, claro está con la venia de un muy conocido abogado Venezolano? O ¿el caso de quien tiene la potestad de controlar la administración publica También abogado en funciones publicas, que en ejercicio de sus facultades y en Nombre de la Republica y las de las leyes inhabilitó una gran cantidad de ciudadanos Venezolanos quienes a consecuencia de esta medida no pudieron participar en la elecciones pasadas y hasta tanto no de cumpla la decisión en su totalidad? O ¿el caso de la Fiscalia General de la Republica dirigida por una abogada quien hasta los momentos no ha emitido ningún pronunciamiento que conlleve al esclarecimiento de la muerte del fiscal Danilo Anderson? O ¿también pudiera ser una alusión  a la decisión que sentencia a pena máxima es decir 30 años de prisión para los comisarios imputados por presuntamente haber participado en el hecho sangriento del 11 de Abril de 2002? A todas estas el mencionado articulo de opinión, que aunque no hace referencia a todos los abogado como es lógico pensar de quien lanza la piedra y esconde la mano, tampoco es exacta en cuanto a quien se refiere, ya  quien la escribe solo hace eco a su rancia forma de pensar, descargando así su patológica utopía política, propia de alguien que sumergido en un letargo sueño lleno de pesadillas, se levanta para actuar contra quienes no sufren de su abismal enfermedad dejando entonces ese vacío lleno de incógnita que algún Venezolano como yo, pudiera atreverse a dar respuesta a tan pobre forma de pensar de un “intelectual” quien pudiera estarce refiriendo al paupérrimo desempeño, de alguien que esté en funciones de gobierno y que por desdicha y mala suerte para nuestra digna profesión sea Abogado. Dice el insigne Abogado Don Manuel Osorio “Por eso alguien a dicho que los abogados son igualmente denotados por los tiranos y por los necios. Contrariamente, a los regimenes democráticos y liberales respetan y enaltecen el ejercicio de la abogacía y declaran en sus constituciones la inviolabilidad de la defensa de en juicio de la persona y de sus derechos”

A todas estas y frente a cualquier necedad hostil de depredadores de la dignidad profesional, se debe tener claro que la abogacía es el símbolo de la Justicia, la libertad y la independencia, gústele a quien no le guste! A tal efecto establece El Código de Ética Profesional del Abogado Venezolano en su Artículo 2°. El Abogado tendrá como norte de sus actos servir a la justicia, asegurar la libertad y el ministerio del Derecho.  Y por si alguien le queda dudas del sentido y virtud de la verdadera Justicia, esa que se protagoniza  y  surge de la medición del derecho y la conciencia, entonces; Que medite sobre el hecho que representa vivir en una sociedad que se rige por normas de convivencia y bajo el imperio de la ley, si no ese el camino que conlleva al respeto en una sociedad para alcanzar la Justicia, entonces y en definitiva quien piense lo contrario debe comenzar a construir en su esquema de convivencia ficticia, un estilo anárquico y autocrático donde pueda desarrollar su “teoría filosófica” con respecto a La abogacía y el derecho. Por ultimo debo finalizar diciendo que la moral y ética, como símbolos de la conciencia y la rectitud en la actuación de un profesional, no solo se debe quedar en códigos, doctrinas, máximas o citas, o como un recuerdo teórico visto en las aulas de la universidad. La moral y la ética deben ocupar nuestro espacio de actuación en el tiempo, es de constante y consciente practica o ejecución, para estar conforme  de que la Justicia alcanzada está estructurada bajo los principios indeclinables del hombre justo, de esta manera se da forma y fuerza a una profesión que con bases solidadas, construidas bajo este perfil será impenetrable ante de la historia y el tiempo, ante los  embates de los necios que se manifiestan bajo la arrogancia servil con el solo hecho de quedar bien ante una forma inescrupulosa  y torcida de hacer política para una persona o sector político, que por supuesto nunca podrá estar por encima de la dignidad y el respeto del derecho y la Justicia. Concluyo con una importante cita digna de recordarle a quienes desfasan, enigmatizan   y satanizan la gloriosa y digna profesión del abogado y las leyes de un pueblo que no son más, que  las armas de la razón para vivir en armonía social y alcanzar la justicia y junto a esta, la libertad y la democracia, a tal efecto se refirió   Simón Bolívar   «Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.» O aquella famosa frase «La Justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad.» Estimados lectores de este importante diario por encima de todas las circunstancias adversas en el camino, la verdad siempre a de imponerse para seguir adelante!…. hasta la próxima.

Rafael Darío Delgado

dardelra @ abogado.com