Como no podemos cambiar a los hombres, no nos cansamos de cambiar las leyes.
Las buenas leyes tienen su origen en las malas costumbres.
Aunque este muy afilada la espada de la Ley no debe inmolar al inocente.
Lo que es pecado de muchos, queda sin castigo
Ganarás el pleito pero perderas tu dinero.
De diez razones que impulsen a un magistrado a decidir un caso, habrá nueve desconocidas para el público.